domingo, 21 de febrero de 2016

Incontenible


Las cosas, los sentimientos las emociones, están destinados a fluir... a dejarse llevar, a mantener un equilibrio natural, por más que se salgan de la norma. Y cuanto más pasa el tiempo, ese fluido amplia su caudal y su cauce.

En primer momento todo es fácil de llevar. Pero cuando quieres darte cuenta, ese torrente que empezaba con fuerza se ha convertido en un río poderoso sin destino definido, ¿será un afluente? ¿irá a parar al mar? todo puede ser que incluso quede contaminado, ¿quién sabe?

Es fácil contener una pequeña corriente de agua cuando apenas nace. Es fácil crear un embalse, es fácil... Al principio, todo es fácil. Pero después inevitablemente al fluir, al crecer, todo es más difícil de contener. Y por más que el río trate de tolerar los agentes externos impuestos puede romper diques, puede llevarse por delante lo que sea que le coarte. Porque es así, porque es su naturaleza, y porque eso no lo puede cambiar nadie. La esencia puede intentar adaptarse, pero siempre va a permanecer inalterable.

No obstante... Es posible aguantar, es posible drenar, es posible trasvasar, es posible tratar de limitar el fluir. Pero también hay que tener en cuenta a la hora de adoptar medidas que los ríos enferman si se llenan de toxicidad, y se desatan con furia cuando tratan de contenerse, o de ser contenidos por algo.

Y por eso, es importante que fluyan con total libertad y tranquilidad.

Como lo que son, como deben ser. Seguir su curso natural, independientemente de si su forma es distinta a la de los demás.