miércoles, 5 de agosto de 2015

Podría


Podría echarte en cara todas las veces que te he necesitado y no has estado ahí.

Podría echarte en cara todas las veces que me he sentido rechazada por ti, fuera o no tu intención de hacerlo.

Podría manifestar una indiferencia, frialdad y pasividad supremas hacia ti, tal como tú la sueles mostrar a menudo, y después recriminarte porque me reprocharas esa actitud.

Podría elegir odiarte y desecharte al cajón más oscuro, triste y lóbrego de mi memoria.

Podría expulsarte de mi cabeza por todos los recuerdos negativos, toda la tristeza, todo el daño que has causado en mí sin darte cuenta. Por todo el amor que volqué sobre ti y no sentí que se me correspondiera.

Podría, podría tantas cosas... tan negativas, tan destructivas que sólo permiten la tranquilidad de un desahogo momentáneo a costa de pagar el precio de sentirte mal durante mucho tiempo...

Pero no lo haré. Porque tú no me hiciste nada, excepto ser como eres. Y eso, créeme que lo tengo bien presente. Porque en tiempos oscuros cuesta demasiado poco girar la cabeza hacia lo negativo olvidando todo lo bueno, pero lo bueno es más brillante aun así. Lo bueno me hace sonreír aunque sea con cara de circunstancias ahora mismo. Miro hacia ese fuego pequeñito, me resigno y contengo una lágrima.

En fin, supongo que podría... pero no lo haré porque todo está en mi cabeza, porque esas emociones son solo mías. FUERON solo mías. Y aunque solo son una leve espinita comparadas con lo que fueron... pincha, y el pinchacito duele. Pero me recuerda que estoy viva, y lo agradezco.


lunes, 3 de agosto de 2015

Eras la música del alba, la lluvia cuando estalla...



Cuando me enteré quise morir. En pocos momentos en mi vida he deseado la muerte tanto como en ese. Era un deseo irracional pero sentir tanto dolor me había dejado sin capacidad de pensar y la muerte era la única alternativa viable que se me ocurría para acabar con tanto sufrimiento.

Jamás imagine que tu partida iba a doler tanto, a sentirse tanto, a provocar un vacío tan atroz dentro de mí que a veces me recuerda que no estás y llena mi corazón de tristeza.

Te veo en tantas cosas....veo un órgano y me acuerdo de ti porque mi madre dice que eras un genio tocándolo... veo el alfabeto griego y recuerdo esa clase que me diste una tarde de verano cuando viniste a vernos y me regalaste los diccionarios de latín y griego cuando te enteraste de que iba a hacer el bachillerato de humanidades. Estabas tan feliz por mi decisión... y querías ayudarme en todo lo posible.  Y además un manual de morfología griega, otro de morfología latina y un tratado de filosofía. Que están bien guardaditos y que a veces consulto.

Cuando tomo sopa recuerdo que siempre le echabas un poquito de vino para tomarla.

Pocas personas ha habido, hay y habrá tan generosas, entrañables, de tan buenos sentimientos y tan polivalentes y sabias como tú.

Espero que el amor que te seguimos teniendo te acompañe allá donde estés.

Te quiero.