lunes, 3 de agosto de 2015

Eras la música del alba, la lluvia cuando estalla...



Cuando me enteré quise morir. En pocos momentos en mi vida he deseado la muerte tanto como en ese. Era un deseo irracional pero sentir tanto dolor me había dejado sin capacidad de pensar y la muerte era la única alternativa viable que se me ocurría para acabar con tanto sufrimiento.

Jamás imagine que tu partida iba a doler tanto, a sentirse tanto, a provocar un vacío tan atroz dentro de mí que a veces me recuerda que no estás y llena mi corazón de tristeza.

Te veo en tantas cosas....veo un órgano y me acuerdo de ti porque mi madre dice que eras un genio tocándolo... veo el alfabeto griego y recuerdo esa clase que me diste una tarde de verano cuando viniste a vernos y me regalaste los diccionarios de latín y griego cuando te enteraste de que iba a hacer el bachillerato de humanidades. Estabas tan feliz por mi decisión... y querías ayudarme en todo lo posible.  Y además un manual de morfología griega, otro de morfología latina y un tratado de filosofía. Que están bien guardaditos y que a veces consulto.

Cuando tomo sopa recuerdo que siempre le echabas un poquito de vino para tomarla.

Pocas personas ha habido, hay y habrá tan generosas, entrañables, de tan buenos sentimientos y tan polivalentes y sabias como tú.

Espero que el amor que te seguimos teniendo te acompañe allá donde estés.

Te quiero.

No hay comentarios:

Publicar un comentario