Sí, no es broma, quiero hablar acerca
de los drenajes.
Pero no de los drenajes propiamente
médicos... es en un sentido más metafisico, más metafórico. Es
como... Sacar todo lo malo de nuestro corazón y nuestra cabeza, lo
que nos inquieta por medio de un objeto o una acción. Para algunos
puede ser componer, tocar un instrumento musical, romper algo, evadir
la cabeza en algún juego hasta olvidar lo que te hacía sentir mal,
o para otros, como suele ser mi caso, escribiendo. Aunque la verdad
el propio verbo escribir creo que en ocasiones se me queda grande
porque peco de ser incoherente sin darme cuenta o
las palabras que hilo no llegan a tener sentido del todo cuando se
unen formando frases. Qué más da, el caso es que es mi medio y
mejor o peor, lo quiero utilizar, quiero desahogarme, y en este caso
mi acción, mi ''tubo'' para extraer lo que me hace sentir mal va a
ser la escritura, dreno mi cabeza de toda la tristeza y todos los
pensamientos deprimentes y confusos que la habitan, e intento verlos
reflejados aquí. Como una especie de pensadero sin imágenes, sólo
de palabras que bailan sobre una hoja en blanco formando sentimientos
escupidos a través de mis dedos. Son aquellas cosas que no pueden
salir de mi boca, porque se quedan atrapadas en mi garganta y no hay
manera de empujarlas. Es más, muchas veces intentamos hablar y nos
damos cuenta de que tenemos la boca cosida con un hilo invisible y
doloroso, porque llega un punto en que literalmente te duele hablar,
tanto, que no encuentras modo de expresarlo oralmente, y entonces te
callas y paras de balbucear. Y notas que te viene un golpe de
tristeza repentino, y luego los ojos húmedos y si no consigues
aguantar y dominarte, acuden rápidamente las lágrimas y ya sabes
que no va a haber quien pare esa cascada, esos dos pequeños
torrentes de agua salada que arrastran nuestra tristeza, que también
la drenan. Sí, el llanto también es una buena forma de liberar
dolor. Aunque muchas veces envidio a aquel que es incapaz de hacerlo,
que solo sabe estar triste pero no exteriorizarlo. Supongo que será
como quedarse a medias.
Como decían en “Como agua para
chocolate”, lo malo de llorar no es el simple hecho de llorar, es
que quien empieza no para, como quien dice, se pica y no puede parar.
Es importante pararlo, está bien que liberemos nuestro dolor de la
forma que nos apetezca, pero no hay que dejar que se haga presa de
nosotros. Que somos seres humanos, y no almas en pena.
Además, que no hay mal que cien años
dure, ni cuerpo que lo aguante.
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